ARTÍCULO APARECIDO EN LA REVISTA DEL ILUSTRE COLEGIO DE ABOGADOS DE ALMERÍA SALA DE TOGAS Nº 67
NECESIDAD DE FACILITAR LA PERICIA DOCUMENTAL
La pericia documental tiene como finalidad detectar
cualquier tipo de alteración que pudiera producirse en un documento y, en
consecuencia determinar su autenticidad o falsedad. Teniendo como base de
análisis el documento, los estudios que sobre él se pueden realizar cabe
agruparlos en dos grupos, pericia documental y pericia caligráfica. Es una
ciencia auxiliar del derecho integrada en la Criminalística.
En innumerables ocasiones es el único elemento
probatorio que dispone el juez para sentenciar en un sentido o en otro por
ejemplo, falsedades documentales, amenazas manuscritas, testamentos ológrafos,
etc.
Durante todo el siglo pasado, muchos juzgados
españoles se han conformado con la intervención de un tipo de profesionales de
la Pericia Caligráfica que, bienintencionadamente, desarrollaban su profesión
desde una perspectiva más intuitiva que científica, maestros de escuela cuya
formación casi autodidacta, con nociones de caligrafía y experiencia en "descifrado
de exámenes" les permitía disponer de cierto “ojo grafocrítico” y alguna
habilidad carente de cientificidad. Los jueces confiaban en ese tipo de
peritaciones en la creencia de que en caso de error o extrema dificultad el
asunto llegaría a manos de los Servicios de Documentoscopia o de Grafística de
la Policía Científica o de la Guardia Civil.
Con el avance de la ciencia, la pericia caligráfica
va adquiriendo cada vez mayor protagonismo. Teniendo en cuenta la creciente
importancia del documento y el aumento de las falsificaciones, estas
circunstancias aconsejan al perito a reciclarse en los métodos de
investigación, para con su dictamen aportar una decisiva ayuda en la labor de
jueces y abogados como ayudantes de la justicia.
La finalidad de la pericia caligráfica es poder
identificar cualquier DOCUMENTO DUBITADO, cuya autoría se desconoce.
Comparar tintas para verificar similitudes o diferencias. Examinar
el papel para detectar manipulaciones de cualquier tipo e intentar
dilucidar lo escrito en primera instancia. Determinar la autenticidad o
falsedad de sellos y escritos realizados por cualquier sistema impresor,
etc.
Para poder llegar a una conclusión, es
imprescindible al menos un DOCUMENTO INDUBITADO, es auténtico, se conoce la
identidad de su autor. El estudio consiste en el cotejo de la
muestra dubitada e indubitada mediante la aplicación de distintas
técnicas periciales y con la ayuda de los instrumentos necesarios poder
determinar, si ambas muestras han sido ejecutadas o no por el mismo autor.
El criterio a seguir para considerar la idoneidad de
una muestra ha de estar en función de ciertas características como son a ser
posible ORIGINAL, o cuando menos fotocopia de calidad, la ESPONTANEIDAD, o modo
natural que sigue el trazado de cualquier escrito o firma. La COETANEIDAD,
hemos de procurar muestras lo más cercanas posible en el tiempo ya que la
escritura evoluciona con el paso del tiempo. Las muestras deberán ser
HOMÓLOGAS, se han de comparar elementos similares (firma-firma/texto-texto), la SUFICIENCIA, cuanto mayor número de
muestras indubitadas dispongamos más posibilidades tenemos para realizar nuestro
cotejo y por último sería ideal tomar cuerpo de escritura en presencia del
perito.
En ocasiones los organismos judiciales dificultan al
perito su labor, no permitiendo a éste acceder o extraer los documentos
originales a fin de examinarlos en el laboratorio del experto con el
instrumental adecuado. Este instrumental no es fácilmente transportable, y ello
por reunir ciertas características físicas, entre otras el tamaño o peso
considerable.
Aún cuando el experto, pueda utilizar medios
fácilmente transportables, lupa, cámara fotográfica, etc., para estudiar en
sede judicial la muestra objeto de estudio éste lo hará bajo condiciones que
pueden devenir limitantes para la correcta valoración de ésta, pues en tal caso
no siempre se dispone de un adecuado espacio o condiciones de luz adecuadas.
Además, dicho estudio requerirá de un estado de atención que en tales
condiciones se puede ver alterado.
La importancia que tiene para el perito el poder
trasladar la muestra original al laboratorio radica fundamentalmente en que
éste pueda disponer de la misma cuantas veces considere oportuno conforme vaya avanzando en su investigación, más aún
si las muestras objeto de estudio son numerosas, pues en muchos casos la
complejidad de la misma va a requerir que ésta tenga que ser estudiada en
distintos momentos.
Una de las cuestiones que actualmente se sigue
debatiendo en congresos o seminarios acerca de la práctica pericial es el valor que se le otorga a una muestra
fotocopiada dentro de un proceso judicial. El perito ha de tener presente
cuando realiza un informe en tales condiciones es que deberá hacer constar las
limitaciones que ello supone para el proceso, pues aunque actualmente existen medios
de reproducción avanzados, los mismos
nos van a permitir observar ciertos aspectos formales del documento. En cambio
habrá otros elementos, como la presión o las marcas del útil empleado cuyo
análisis no va a resultar posible mediante una fotocopia por lo que el perito
experto deberá ser cauto en sus conclusiones finales haciendo las oportunas
advertencias, para que finalmente sea su señoría quien, tome la decisión que
considere oportuna conforme a su propio criterio.
Sería muy conveniente que jueces, abogados, etc.,
tomaran conciencia de la importancia que
reviste para el perito el poder disponer de muestras originales tanto para
facilitar su labor de análisis durante su investigación como para alcanzar
conclusiones categóricas que cuanto menos van a aportar mayor valor al proceso
en el acto del juicio oral.
Refrendo
GABINETE DE CRIMINALÍSTICA DOCUMENTAL
José Serrano Lara